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Tenían muchas peleas en su matrimonio, pero hoy son felices


 

Claudia asegura que, antes de participar de las reuniones de los domingos, la convivencia en su hogar era complicada. “Yo

era muy inestable emocionalmente. Eso provocaba peleas en nuestro matrimonio y nuestros hijos veían esas situaciones de discusión. Para nuestros amigos y conocidos, nosotros éramos una familia modelo, tranquila, organizada, con un trabajo, casa e hijos, pero, en realidad, no éramos felices”, relata. Sin embargo, un día encontró la salida a su situación. “Gracias a una invitación, llegué a la Universal. Allí recibí paz y comenzó a haber un cambio en mí. Esa tranquilidad la fui transmitiendo a mi matrimonio y a mi familia. Empecé a ver todo con otros ojos. Todo era diferente y no había

más peleas en mi casa”, señala. En tanto, su esposo Claudio recuerda: “Antes, cuando llegaba tarde del trabajo, había peleas y teníamos discusiones en casa. Pero cuando comencé a ver un cambio en ella me acerqué también a la Iglesia para ver ese cambio en mí”. “Hoy mi familia está transformada”, señala Claudia y agrega: “Mis familiares llegaron poco a poco. No fue fácil, pero perseveré cada domingo hasta que llegaran mi esposo e hijos. Además, llegaron mi mamá, mi suegra y mis hermanos. Todos hoy asisten a la Iglesia”. Por último, ella resalta. “La reunión de los domingos transforma a la familia, siempre que uno persevere. La Paz De Dios es como tener un pedazo de cielo en casa”.

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