Era una mujer depresiva con un vacío interno tan grande que no me permitía ser feliz. Intentando hallar la felicidad, comencé a ir a fiestas, fumaba, ingería alcohol y tuve diversas parejas, pero nada de esto quitaba la tristeza, al contrario, cada día mi depresión estaba peor.
Empecé a sentirme tan mal anímicamente que le perdí el gusto a la vida e intenté el suicidio. Creí que nunca se quitaría ese vacío de mi interior. No obstante, cuando pensé que no tendría la posibilidad de ser feliz, vi el programa de la Universal, pasaron el testimonio de una persona que le ocurría lo mismo que a mí, pero ya había superado su problema, eso me motivó a ir.
Estando en las reuniones y, por medio de las oraciones, me encontré con Dios, un Dios que me escuchó, me consoló y le dio un rumbo diferente a mi vida. Gracias a las orientaciones que recibí y la guía del Espíritu Santo tuve la fuerza de voluntad para dejar los vicios, ya no me involucré con personas equivocadas, hasta le volví a tomar amor a la vida.
Ahora conozco la verdadera felicidad, me casé con un hombre que me ama y respeta. Mi carácter es alegre y no tengo vicio alguno ¡le gané la batalla a la depresión.
Sandra Gómez